DISCRIMINACION Y DIVERSIDAD EN EL HABITAR

Sostenemos que el habitar humano es un sistema de significación que conjuntamente con el sistema del hablar configuran la vida social. En este sistema sus unidades de sentido son las prácticas sociales, y en ellas existe una relación reglada entre conformaciones y comportamientos.
La primera de estas normas de comportamiento es la que determina el ingreso a cada conformación, quién puede ingresar a un ámbito y qué lugar puede o debe ocupar, poniendo en juego la socialidad toda. Baste como ejemplo el ámbito familiar, sólo los miembros de la familia tienen acceso irrestricto, cualquier otro actuante debe ser invitado por alguien de la familia y su papel será el de “invitado”. Una vez en el ejercicio de la práctica los mecanismos discriminantes se especifican aún más, desde los dormitorios de cada uno hasta llegar al lugar en la mesa: la cabecera no es para cualquiera.
Otro gran ejemplo es la distinción entre espacio público y espacio privado, y aún en el espacio público (supuestamente de libre acceso) vemos mecanismos restrictivos de una u otra índole: las funcionales como calzadas para actuaciones vehiculares o veredas peatonales, las etarias como espacios para niños o jubilados en las plazas, los mecanismos de género, por condición social/económica, laboral, etc., etc., etc. Es importante aquí decir que no hay espacios públicos per se, que los espacios se pueden hacer públicos por el ejercicio de las prácticas que así los determinan.
Vemos así que la DISCRIMINACIÓN es un mecanismo inherente, necesario e ineludible al sistema del habitar. Podríamos afirmar exagerando que “Habitar es de alguna forma discriminar”. Es necesario señalar la paradoja de que dos términos opuestos sean vistos ambos con valor negativo: la indiscriminación y la discriminación no gozan de buena fama. El diccionario de RAE hasta 1970 definía discriminar , en 1970 se agrega una segunda acepción , en 1992 se sustituye la primera acepción por . No parecen buenas decisiones sino el simple afán de corrección política. Sería preferible mantener la idea de reconocer diferencias y utilizar los términos marginar e incluir como oposiciones.
Visto entonces liberado de prejuicios el término discriminar, vale la pena su análisis a fin de discernir sistemáticamente el conjunto de normas discriminantes en su nivel prescriptivo a fin de ahondar en su sentido determinante.
Dicho en sentido teórico o ideológico, nos animamos a decir que la discriminación es ineludible al habitar, y en consecuencia, el quién, a quiénes, con qué criterios y de qué forma una determinada comunidad discrimina nos revela, en cierta medida, cómo esa comunidad habita. A partir de allí podremos emitir nuestros juicios de valor y nuestros proyectos de transformación.
Estos mecanismos de discriminación casi siempre tienen un mayor o menor grado de apertura a la DIVERSIDAD y por ende, siempre existe un mayor o menor Margen de Libertad en el ejercicio de las Prácticas Sociales. Sospechamos que los límites de este rango de diversidad están normados también y podrían sistematizarse.
Proponer hasta dónde y en qué casos este límite debe ampliarse y cuándo, por el contrario, debe ser aún más restrictivo (el debate por la aplicación del derecho de admisión a los apologistas de genocidios y dictaduras es un ejemplo válido) nos conduce por el camino de qué sociedad anhelamos y proponemos.
El habitar de cada comunidad evoluciona permanentemente y hoy estos cambios son tan acelerados en uno y otro sentido que podemos percibirlos y analizarlos y hasta soñar con conducirlos u orientarlos. Antes no alcanzaba el término de una vida para percibir una sutil modificación de una pauta discriminante.
Es por eso que proponemos que el estudio de las Prácticas Sociales de hoy vaya acompañado de un complemento necesario de su historicidad reciente para verificar el rumbo de las tendencias.
Preguntas tales como si está vigente aún la pauta de la ampliación de derechos o si las minorías siguen teniendo los mismos espacios son sólo algunas de las que vale la pena encarar.

TEORÍA DEL HABITAR
FEBRERO 2018

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